viernes, 22 de julio de 2011

En un pricipio, uno llega a preguntarse que pasa si el tiempo no se detiene, y que tal si el muy insolente continúa su paso firme, sobre mis dias, ¿que sera de mi, si el tiempo no cesa?.
de repente, el dolor se detuvo, junto al miedo, sobre la almohada... se tornó rojo y salío por la oreja izquierda; gracioso, lo habia sentido cuando entró por la derecha, tenaz como el húmor de Díos, como su sonrisa.
ír al campo, me resulta una idea esplendida... cuidaré de las jirafas de agua, de esas que son verdaderamente pequeñas y nadan y duermen... las otras, las altas,las amarillas con pecas no duermen; a veces lloro por ellas, siempre en las noches, es que tengo la sensación ineludible de sentir todos sus cuerpos yo sola.